La ingeniería de demolición, refuerzo y restauración acostumbra a ser ruidosa e indiscreta, pero a veces la mayor complejidad reside en ejecutar una obra monumental sin que se note qué se está haciendo, como en los casos en los que hay que respetar una fachada o una actividad próxima. Las obras de derribo interior, apuntalamiento y restauración del emblemático edificio FNAC de Castellana, en el centro de Madrid, han sido un desafío. Con nueve plantas sobre rasante y cuatro sótanos cualquier demolición integral reduciría el número de alturas concedidas en una futura licencia de construcción de un nuevo edificio.

El encofrado y armado tenía la dificultad añadida de que exigía construir escaleras y las rampas para el movimiento de coches por el gran aparcamiento subterráneo. Para garantizar la longevidad de la nueva estructura se unió la losa de hormigón con los muros de contención del entorno del edificio. Fue una obra mayúscula que tuvo que tener en cuenta los exigentes plazos de ejecución -la entrega en plazo de los proyectos es uno de los rasgos no técnicos más valorados por los clientes de Prosistemas desde hace décadas- y conciliarlos con las mayores medidas de seguridad: no se registró ni una baja por accidente o lesión durante toda la obra. En total, se colocaron 24.000 metros cuadrados de nuevos forjados y se emplearon 1.300 metros cúbicos de hormigón para el refuerzo de zapatas y muros de los sótanos.
Las plantas superiores del edificio son de 1.500 metros cuadrados. En conjunto, la obra ha absorbido más de 23.000 metros cuadrados de forjados nuevos y más de un kilómetro de pilares de acero reforzados (más de 235 toneladas de acero).